miércoles, 16 de enero de 2008

LA INVERSIÓN INDIRECTA

Una inversión indirecta es una inversión productiva, que se puede cangear por tecnología, etc. Es mejor mover tecnología, capacidad productiva, que trasladar capitales. Antes los Estados eran más nacionalistas. A medida que el comercio mundial se mundializa, valga la redundancia, han ido cambiando. Ahora sí se desean las inversiones extranjeras que antes tanto asustaban, dado que son las que traen tecnología, capacidad productiva...
Es más sencilla la inversión directa entre países desarrollados, porque aseguran una estabilidad a la inversión, son democracias consolidadas.
Para atraer estas inversiones, muchos países han tenido que transformarse en anarquías fiscales, lejos de todo Derecho. La mano de obra es mucho más barata, y poseen materias primas. Este conjunto de factores resulta irresistible para las inversiones extranjeras. El problema es que los países menos desarrollados, que son los más necesitados de este tipo de inversión para poder fomentar su propio crecimiento, lo llevan a cabo a unos costes altísimos, por ejemplo, todo tipo de contaminanción en el proceso productivo, permitida por causa de la flexibilización fiscal.
La Unión Europea y EE.UU. representan el 90% de las IED, generando gran riqueza en el cono sur. El caso español es un buen representante. Dado su retraso, las inversiones en países desarrollados eran inviables, por lo que extendió su marco de actuación a América Latina. El problema lo ah constituído una orientación de las inversiones predominantemente colonial, más que transnacional, lo que está repercutiendo en respuestas significativas en el marco de Mercosur.

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